Calambres Musculares: su relación con la deshidratación y cómo evitarlos

La aparición de calambres musculares durante la práctica deportiva está estrechamente vinculada con la deshidratación. Estas contracciones resultan ser bastante desagradables, e incluso pueden provocar que nos veamos obligados a detener de inmediato la actividad que estemos practicando: running, ciclismo, jogging, etc. Cuanto mayor sea la intensidad y el tiempo de nuestros entrenamientos, se producirá una pérdida hídrica más grande, por lo que es fundamental que no descuidemos la ingesta de agua. A continuación, te revelaremos todas las claves para que puedas evitar esta alteración.

Qué son los calambres musculares

Es altamente probable que alguna vez hayas sufrido estos síntomas, puesto que los calambres musculares son muy frecuentes en deportistas. Consisten en una serie de contracciones involuntarias que se generan en uno o varios músculos. Además, provocan un dolor intenso en la zona que puede llegar a impedir su movilidad normal. Algunas personas reconocen que padecen de estos espasmos con frecuencia. Las partes del cuerpo más afectadas son: brazos, pies, manos, piernas y abdomen. Su relación con la deshidratación Tal y como hemos adelantado, mantener una hidratación insuficiente es uno de los principales motivos por los que se producen los calambres musculares. En invierno solemos bajar la guardia respecto a la ingesta de agua. Como las temperaturas no son elevadas, no sentimos la misma necesidad de refrescarnos, pero ¡cuidado! El organismo se deshidrata de igual modo. Nuestro cuerpo, además, pierde una serie de minerales a través del sudor, por lo que es sumamente importante que nos encargamos de reponer estas sustancias durante la práctica deportiva. La deshidratación puede provocar síntomas de mayor gravedad como mareos, vómitos, náuseas, escalofríos y taquicardias. En definitiva, podemos decir que la primera causa de los calambres musculares es un incorrecto aporte hídrico. No obstante, también pueden aparecer por falta de sodio y otros minerales como el fósforo, calcio o potasio.

Qué hacer si sufres calambres musculares

Cuando te encuentres practicando deporte y comiences a sentir levemente estos espasmos por algunos de tus músculos, realiza las siguientes acciones:
  • Para de forma inmediata la actividad.
  • Camina despacio siempre que el dolor te lo permita.
  • Bebe pequeños sorbos de agua o de alguna bebida isotónica.
  • Estira suavemente el músculo afectado, sin generar más dolor.
  • Una vez que llegues a casa, aplica agua fría y un poco de hielo.
  • También se recomienda el uso de cremas con mentol. Aplícala a través de un suave masaje.
Es muy importante que si detectas estas contracciones no continúes forzando. De lo contrario, podrías sufrir consecuencias más graves. Si este problema aparece de forma habitual, lo ideal es que te pongas en manos de un profesional. Ahora que ya sabes por qué aparecen los calambres musculares y cuál es su relación con la deshidratación, no descuides la ingesta de agua antes, durante y tras la práctica deportiva.