El
yoga para embarazadas es una actividad física cada vez más popular entre las mujeres que pasan por esta etapa vital. El beneficio más relevante de esta modalidad es que con ella
se mejoran los procesos de respiración, algo que será vital durante el momento del parto. Te mostramos con detalle todos los aspectos, positivos y negativos, de
practicar yoga durante el embarazo.
Clases de yoga para embarazadas, cuáles son las ventajas del yoga prenatal
El yoga en el embarazo se vincula a otras clases de preparación para el parto. En este caso lo que se pone en marcha es una disciplina basada en un enfoque multifacético, que
estimula el estiramiento, la concentración mental y la respiración localizada.
Beneficios del yoga para embarazadas
Con las clases de yoga, las futuras mamás consiguen
mejorar su sueño, reducir episodios de estrés y ansiedad derivados de su propio estado vital,
aumentar la fuerza, la flexibilidad y la resistencia de sus músculos y
disminuir el dolor en áreas muy sensibles: la zona baja de la espalda o el core. A su vez, con esta disciplina aparecen menos náuseas, dolores de cabeza y problemas para respirar.
Algunos estudios apuntan a que
esta actividad es más recomendable en la etapa de gestación que caminar o realizar otros ejercicios prenatales, y que es una solución interesante en mujeres que padecen depresión.
Este efecto, el de la
reducción de los síntomas depresivos, se produce por la correcta ejecución de posturas y movimientos con meditación y relajación profunda. A su vez, otro beneficio muy interesante es el refuerzo del sistema inmunológico.
¿Cómo ejecutar una clase de yoga para embarazadas?
El yoga prenatal pone el foco en la respiración, los estiramientos suaves, las posturas y el enfriamiento o la relación. En la respiración se incide en inhalar y exhalar de manera profunda y tranquila a través de la nariz. Esto ayuda a controlar la falta de aliento y a manejar las contracciones en el momento del parto.
Los
estiramientos suaves incluyen a todas las zonas del cuerpo, pero
de manera suave, abarcando todo el rango de movimiento posible sin forzar, sin llegar al exceso. Junto con los estiramientos, también son importantes las
posturas, que están pensadas para
desarrollar la flexibilidad, el equilibrio y la fuerza.
Por último, todas las clases de yoga durante el embarazo finalizan con
ejercicios de relajación para devolver a los músculos a su estado natural y restaurar el ritmo cardíaco y la respiración en reposo.
Contraindicaciones del yoga para embarazadas
El yoga ofrece muchos aspectos positivos para las embarazadas, pero también puede presentar alguna que otra contraindicación. De cara a su puesta en práctica es importante primero
hablar con el médico y atender a sus indicaciones. Si presta autorización para su realización, no habrá problema en asistir a clases grupales.
Otra cuestión importante es
comunicar al monitor en caso de que sean sesiones individuales, para que ajuste los ejercicios a ese estado vital. En las clases con más compañeras embarazadas, esto ya se da por supuesto.
Conocida esta información,
los problemas más graves aparecen durante el primer trimestre de gestación, pues es cuando suceden más cambios en el cuerpo de la mujer: a nivel hormonal, reducción de la tensión arterial y más riesgo de sufrir un aborto.
Cuando ya se supera esa etapa más vulnerable, no hay excesivos riesgos asociados al yoga, solo un
mayor control en las posturas. Las invertidas, por ejemplo, no son recomendables, porque impiden que la sangre circule de manera adecuada por la zona del abdomen.
Una tercera situación a tener en cuenta es un
mayor riesgo de caídas, lo que lleva a suprimir las posturas en equilibrio, o al menos aquellas que sean más comprometidas. Si se ejercitan movimientos de equilibrio, lo mejor es hacerlos apoyada en la pared.
El ejercicio físico durante el embarazo es esencial para preparar al cuerpo de cara al parto, pero hay que realizarlo de manera ajustada a cada momento. Es habitual que
las mujeres se sientan más cansadas, así que las posturas deben mantenerse durante un menor tiempo.
Por último, hay que
descartar todos aquellos movimientos que aumenten la tensión en el abdomen. La columna vertebral debe estar en todo momento recta, con el pecho alto y sin aumentar la presión abdominal.
El
yoga para embarazadas es una actividad física y de relajación muy recomendada, pero hay que adaptarla a esa etapa vital, reforzando los aspecto positivos y actuando sobre las contraindicaciones.