Spagat: rutina para conseguir realizarlo
Mejorar nuestra flexibilidad nos aporta grandes beneficios como, tener una mayor agilidad en el cuerpo para la realización de actividades diarias. No te pierdas nuestra rutina para conseguir realizar el spagat de forma segura.
El spagat frontal se ha hecho popular en las redes sociales. Cada vez son más las personas que desean lograrlo. No obstante, antes de ponerte a ello, has de tener en cuenta una serie de aspectos para no sufrir lesiones.
¿Qué es el spagat?
Consiste en la abertura de piernas de tal forma que quedan alineadas la una con la otra. Además, ambas se mantienen totalmente extendidas formando un ángulo de 180º. Esta postura puede realizarla cualquier persona que se encuentre ágil y que esté dispuesta a tener paciencia y constancia para conseguirlo.Rutina de ejercicios para conseguir el spagat
Para lograr el spagat, primero has de realizar una rutina de ejercicios que te ayuden a mejorar la flexibilidad. Posteriormente, podrás intentarlo de forma progresiva. Estos son los ejercicios que recomendamos para conseguir tu objetivo. ¡No olvides tomar nota!:Calentamiento
Es fundamental que no subestimes el calentamiento, ya que de lo contrario podrías sufrir algún tipo de lesión.
Puedes hacer unos minutos de bicicleta estática, salir a caminar, realizar ejercicios de movilidad o hacer algo de yoga.
Mariposa
Siéntate con las plantas de los pies juntas. Empuja de forma suave las rodillas hacia el suelo. No debes llegar a sentir dolor. Aguanta la postura unos minutos, descansa y vuelve a realizarla de nuevo.
Te recomendamos hacer entre tres y cuatro repeticiones.
Split
En este caso, ponte de pie. Adelanta la pierna derecha y flexiona la rodilla delantera al tiempo que estiras la que queda atrás. Apoya las manos en el suelo mientras empujas con cuidado.
Intenta mantener este estiramiento durante un minuto y haz unas tres repeticiones con cada pierna.
Rana
Túmbate boca abajo, flexiona las rodillas y junta los pies. Apóyate sobre los antebrazos. Debes intentar que tanto los pies como las caderas queden lo más cerca posible del suelo. Aguanta la postura unos minutos y haz tres series.
Uve en pared
Selecciona una pared en la que no haya ningún objeto que pueda limitar el movimiento. Túmbate boca arriba, mantén las piernas juntas y los pies apuntando al techo. Comienza a abrir las piernas y deja que caigan con su propio peso. Relaja el cuerpo.
Seguro que con el tiempo notas que las piernas van bajando cada vez más.